Carta para tu primer día
Lo más chévere de aterrizar en este planeta es que llegamos sin maleta. Disfruta eso, que somos los grandes quienes empezamos a sumarle peso a eso, para darnos cuenta al final de que tampoco nos la podremos llevar. Libérate del peso de tener que ser el niño 10, no lo tienes que ser. Si llegas a 1 es suficiente; ni siquiera nosotros tal vez lleguemos a eso como padres porque no es necesario, la vida jamás te calificará como tampoco deberíamos nosotros calificar la vida de nadie –eso pesa demasiado–.
Bienvenido señorcito. Cuando te muevas por aquí ten cuidado con las etiquetas, una sola que se te pegue basta para que no puedas moverte ¡Quítatelas todas! las que parecen buenas y también las que parecen malas, y digo ‘parecen’ porque todas las etiquetas nos engañan. No naciste blanco, ni negro; bueno ni malo; bonito, ni feo; alto ni bajo; de izquierda, ni de derecha; ni gay, ni hetero… cruzaremos los dedos juntos para siempre recordar cómo llegamos: limpios. Eso hará que tu viaje sea mucho más liviano y te puedas mover por donde quieras sin cargar el peso de la culpa –esa sí que pesa–, pero no tanto como el peso de tener que mantener una apariencia, no hay maleta en la que entre semejante carga.
Tampoco arrastres a nadie, a veces los más pesados son los amigos, o a veces puede que seamos nosotros a los que no puedas soportar. No nos arrastres que tus verdaderos amigos y nosotros estaremos felices de verte ir adelante, solo voltea de vez en cuando para ver nuestra sonrisa mientras te vemos crecer.
Procura que tus expectativas sobre las cosas, situaciones y personas sean lo más livianas posible. Si salen mal, pesarán tanto como las decepciones que estas te produzcan. Si salen bien, tu viaje seguirá siendo liviano sin llevarte a la trampa del ego. Peligroso ego. Ese que no te deja entender que ninguna experiencia humana es superior a otra experiencia humana.
Cree; en algo o en alguien, no importa, pero cree en algo más allá de ti mismo. El paso por aquí es insoportable sin una conexión espiritual, extrasensorial, sobrenatural, metafísica, zodiacal, energética o religiosa que nos permita suavizar la incertidumbre de lo que la razón no puede explicar.
A veces cargarás un poco de susto; cárgalo, ese casi no pesa mientras te asegures de que no se convierta en miedo. Nadie puede con miedo, pero todos podemos con susto. Igual, algún día el miedo aparecerá, pero recuerda que no tenemos la culpa de sentirlo, pero sí de cargarlo toda la vida. Libérate pronto de él.
Cuídate, cuida lo que eres, cuida tu cuerpo y cuida a todas las personas y animales que puedas proteger. Todos ellos son un poco de ti.
Por último, recuerda que la felicidad tal vez no exista, pero te prometo que juntos, en esta familia, estaremos tentándola toda la vida.
Nes, Jack. 15/01/24